En Italia, una mujer, Paola Bredda, ha fallecido con 38 años por rechazar someterse a un tratamiento contra el cáncer para salvar la vida del hijo que llevaba en el vientre.
Ella, que había perdido a su primer bebé, decidió continuar con su embarazo y postergar el tratamiento para evitar que su hijo muriera.
Nicola nació a los ocho meses de gestación y ya tiene 17 meses de vida. Otro ejemplo de una mujer que ha sacrificado su propia vida a favor de la de su pequeña criatura.
En una sociedad tan materialista y deshumanizada como en la que vivimos resalta todavía más el coraje y la entrega del amor de una madre.
Fuente: 20 minutos
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